Descubierto Microquimerismo Masculino en el Cerebro Femenino humano

 

Los hijos siempre están en nuestra cabeza  – ¡Literalmente! 

 

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División de Investigación Clínica del Fred Hutchinson Cancer Research Center, Seattle, Washington. Chan WF, Gurnot C, Montine TJ, Sonnen JA, Guthrie KA, Nelson JL.

 

“El vínculo entre madre e hijo es muy profundo, pero ciertas nuevas investigaciones sugieren que existe una conexión física todavía más profunda de lo que nadie se imaginaba.  Esos profundos lazos sicológicos y físicos que madre e hijo comparten, comienzan  durante la gestación, período durante el cual la madre lo es todo para el feto en desarrollo, supliéndole calor, sustento y un constante ritmo tranquilizador con los latidos de su corazón.

La placenta provee la conexión física entre la madre y el feto. La placenta es un órgano formado de células de la madre y el feto, que sirve de conducto para el intercambio de nutrientes, gases y desperdicios. Las células pueden migrar a través de la placenta entre madre y feto, y pueden asentarse en muchos órganos del cuerpo incluyendo los pulmones, tiroides, hígado, cerebro, riñón y piel.  Esto puede tener un amplio impacto, desde reparación de tejidos, prevención del cáncer y cambios en el sistema inmunológico.

Es remarcable que sea algo tan común el que las células de un individuo se integren en los tejidos de una persona distinta. Estamos acostumbrados a pensar que somos individuos autónomos y singulares, y esas células extrañas parecen contradecir esa noción y sugerir que la mayoría de la gente lleva encima restos de otros individuos. Aunque parezca mentira, los resultados sorprendentes de un nuevo estudio muestran que las células de otros individuos se encuentran también en el cerebro. En este estudio, se descubrieron células masculinas en el cerebro de algunas mujeres, y habían vivido allí por varias décadas. El impacto que puedan haber tenido es ahora mismo un acertijo, pero este estudio revelo que esas células eran menos comunes en los cerebros de mujeres que habían padecido de la enfermedad de Alzheimer, lo cual sugiere que estén relacionadas con la salud del cerebro.

El Microquimerismo es la presencia persistente en un organismo, de unas pocas células genéticamente distintas. Esto se notó por primera vez en humanos hace muchos años, cuando se descubrieron células que contenían el cromosoma “Y” circulando en la sangre femenina después del embarazo. Debido a que dichas células eran genéticamente masculinas, no podían haber pertenecido a la mujer, sino que sin duda provinieron de sus bebés durante la gestación.

En este nuevo estudio, los científicos observaron que las células microquiméricas no solo se encontraban circulando en la sangre, sino que estaban instaladas en el cerebro. Examinaron el cerebro de mujeres fallecidas buscando la presencia de células que tuvieran el cromosoma masculino “Y”. Descubrieron la existencia de dichas células en varias regiones cerebrales, en más del 60% del cerebro. Ya que la enfermedad de Alzheimer es más común en mujeres que han tenido múltiples embarazos, sospecharon que el número de células fetales sería mayor en mujeres con Alzheimers que en las que no mostraban evidencia de enfermedad neurológica. Los resultados fueron precisamente lo contrario, había menos células de procedencia fetal en las mujeres con Alzheimers. Las razones no están todavía muy claras.

El Microquimerismo proviene normalmente del intercambio de células a través de la placenta durante el embarazo, sin embargo, también existe evidencia de que las células se pueden transmitir de madre a hijo durante la lactación. Además del intercambio entre madre y feto, también puede haber intercambio de células entre gemelos en el útero, y también existe la posibilidad de que las células de un hermano mayor que residan en la madre, encuentren su camino a través de la placenta y se introduzcan en un hermano menor durante la gestación. Las mujeres pueden tener también células microquiméricas provenientes de su madre, y de sus propios embarazos. Hasta existe evidencia de cierta competición entre células de abuelas y fetos dentro de la madre.

El efecto que estas células microquiméricas tengan en el cuerpo de la madre no está muy claro, aunque existen muchas posibilidades intrigantes. Por ejemplo, las células microquiméricas fetales son similares a las “células madre” en cuanto a que son capaces de convertirse en una variedad de tejidos diferentes y ponerse a ayudar a reparar tejidos. Un grupo de investigación estudió esta posibilidad siguiendo la actividad de las células microquimericas fetales dentro de una madre rata después de que el corazón materno fuera dañado: descubrieron que las células fetales emigraban hacia el corazón materno y se convertían en células cardíacas para ayudar a reparar el daño. En estudios con animales, las células microquiméricas fueron halladas en cerebros maternos donde se habían convertido en neuronas. Esto sugiere que se habían integrado funcionalmente en el cerebro. Es posible que lo mismo sea cierto con ese tipo de células en el cerebro humano.

Las células cancerígenas que se incrementan durante mutaciones genéticas, son células como esas, y hay estudios que sugieren que las células microquiméricas puedan estimular el sistema inmunológico para detener el crecimiento de tumores. Se encuentran muchas más células microquimericas en la sangre de mujeres sanas, comparado por ejemplo, con aquellas que padecen cáncer de mama, lo cual sugiere que las células microquiméricas pueden de alguna forma prevenir la formación de tumores.

Este es un campo de exploración inmenso, con un potencial tremendo para nuevos descubrimientos y para aplicaciones prácticas. Pero también es un recordatorio de lo interconectados que estamos.”

Robert Martone, es el líder en la zona de Neurociencia terapéutica del Covance Biomarker Center of Excellence en Greenfield, Indiana. Es un científico investigador con extensa experiencia en descubrimiento de drogas para enfermedades neurodegenerativas.

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Mis queridos lectores,

Cuando leí este artículo, vi que tenía mucho sentido, considerando que el feto respira y se alimenta a través de la sangre materna en la placenta. Todo está entretejido e inter-relacionado, mucho más de lo que la ciencia pueda descubrir jamás. Incluso las emociones y los sueños de la madre se pueden comunicar y permanecer en la memoria del feto, y viceversa. A las madres se nos ha dado el ser custodias de la vida, y somos co-creadoras. Una madre puede amar a cada uno de sus hijos de forma incondicional, y saber lo que está pasando con ellos, con profundo conocimiento de su comportamiento y sus problemas, sin hablar ni una palabra con ellos.

 

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¿Cómo es que las madres presienten si les pasa algo a sus hijos?

Porque parte de las células microquimericas de sus niños todavía viven dentro de su cuerpo y todas las células se comunican entre sí.

Una vez leí uno de los libros del Dr. Japonés Masaru Emoto, que escribió sobre “El Milagro del Agua”. Parece ser que el agua reacciona a las palabras positivas, la música, el amor y la gratitud, y se comunica a distancia.  Nuestros cuerpos y nuestras células consisten en un 80% de agua, y el agua se comunica con el agua. La luz se comunica con la luz, las células con las células, los universos pequeños con los universos mayores. Esto es todo obra de Dios. Hay tantas cosas que no sabemos,  pero el Espíritu se lo revela a Sus niños.

El hijo puede estar muy lejos, pero esas células suyas que se quedaron dentro de su madre, pueden recibir las señales del resto de su cuerpo y la madre puede tener una premonición o un sueño, o sentir que su hijo está en dificultades, lo que la impulsa a tomar acción y orar por él/ella. Puede que ese haya sido siempre el plan de Dios, la forma de comunicación entre madres e hijos, telepáticamente, con un canal de amor, tal como sucede en el Cielo.

¿Cómo es que las madres aman a sus hijos de forma incondicional, incluso cuando no aprueban las cosas que hacen?

Los hijos son literalmente parte del cuerpo de la madre, y nadie jamás odió su propia carne.

¿Cómo es que la madre es siempre el centro de comunicaciones de la familia, donde todos los hijos van cuando tienen problemas, tristezas o dolores, o cuando quieren volver a sus raíces y encontrar su identidad? ¿Por qué la madre siempre trata de proteger, nutrir y ayudar a sus hijos no importa la edad que tengan o lo lejos que estén? ¿Por qué siempre quiere tenerlos a todos cerca y debajo de sus alas, como la buena gallina?

Porque la madre es, y será siempre, la “nave nodriza”.

¿Cómo es que mamá siempre sabe que he hecho algo malo, incluso cuando intento que no se entere?

No es que lo “sepa”, simplemente lo siente dentro de sus entrañas, precisamente en esas células de su bebé que viven dentro de su corazón, cerebro y útero.

Leyendo ese artículo me maravillé de la inmensidad del amor, precisión, cuidado, detalle y planificación que Dios puso en nuestra creación. Gracias Padre, por crearnos de la forma que lo has hecho. ¡Estoy maravillada! Todo lo relacionado con nosotros es  profundo y milagroso, tan increíblemente perfecto y lleno de magia. ¡Cuán grande es el amor del Creador por su creación!

El Rey David lo describió muy bien en el Salmo 139:

Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!

Esta meditación me llevó a inquirir del Señor sobre preguntas personales, basadas en mi reciente luto, y creo que las respuestas que recibí podrán ser de ayuda a muchas otras madres cuyos hijos hayan partido prematuramente.

Las células de los niños que permanecen en la madre – tal como la ciencia ha probado-,  se pueden ajustar a cualquier necesidad de su cuerpo, como células madre o comodines, tomando roles diferentes como neuronas, hematíes, sistema inmunológico, fibras musculares, etc. pero lo importante es que van a ayudar a mamá dondequiera que haga falta. Es como un sistema práctico de agradecimiento y amor del niño hacia su madre por haberle dado la vida y haberle cuidado.

Es la obra de Dios. Si has tenido varios hijos, sus células microquiméricas dentro de ti contribuirán a darte mejor salud y beneficios extras, incluyendo menos posibilidades de contraer cáncer de mama o de matriz.

“Herencia del Señor son los Hijos, y cosa de estima el fruto del vientre.”

 

¿Qué les pasa a las células microquiméricas de un hijo que muere antes que la madre? ¿Acaso perecen también?

Sí. Esas células también perecen y su papel funcional en el cuerpo materno es interrumpido, lo que crea un desajuste súbito. El duelo de una madre es la peor experiencia por la que el ser humano pueda pasar, porque no es solamente el dolor emocional y espiritual, sino algo real y tangible en su propio cuerpo. Está bien documentado que la salud física de la madre queda comprometida: Su sistema inmunológico se deprime, hay una pérdida de memoria, falta de energía, cansancio, dolores por todo el cuerpo, anomalías en el sueño y la alimentación, y el monstruo de la depresión. Muchas madres dicen “algo ha muerto dentro de mí.” Y tienen toda la razón.

 

¿Hay forma de reemplazar las células microquiméricas que han fallecido con el hijo? ¿Se disolverán y desaparecerán para siempre y perderán la conexión?

Sí y No. Algunas madres sufren el duelo durante muchos años, tratando de no olvidar el rostro de sus hijos. Por eso es que hay tantos Memoriales y Recordatorios. Pero Dios piensa en todo y en Su previsión tiene un sistema de copias de seguridad, no solamente en el Cielo, sino también en la base de datos de la memoria en el DNA de la madre. Las células vivientes de tus hijos dentro de ti tienen una copia, y aunque ahora no sean funcionales, no se pierden para siempre. La copia inactiva permanece enraizada en tu DNA y tu cerebro. Siempre podrás sacar el archivo y las memorias estarán allí.

El dolor se va calmando y se disipa a medida que nuevas células van reemplazando las funciones de las fallecidas.

 

¿Como se reemplazan las células del hijo? ¿Cuál es la previsión de Dios para esta situación?

Parece que las células microquiméricas de los otros hermanos toman las riendas y trabajan en las funciones pendientes. Tendrán que multiplicarse, incrementarse y trabajar el doble para remediar el daño causado, llenando todos los puestos vacantes para ayudar al cuerpo de su madre a recuperar sus funciones normales. Tomará tiempo, dependiendo del número de hermanos, de la cantidad de células microquiméricas, de la actitud y la fé de la madre, y del apoyo que reciba de familiares y amigos. Cada persona es diferente y la duración del duelo es diferente también.

Esto podría explicar que los hermanos supervivientes sientan emociones complejas y su duelo les guie a través de períodos de culpa, distanciamiento, etc. Sienten el estrés de sus propias células que trabajan en el cuerpo materno y no entienden que pasa. El tiempo, el amor y la oración solucionan todos los problemas. Son carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre y nuestra relación es eterna.

Tal vez el momento en que la madre empieza a tener más energía, más interés en la vida, come y duerme mejor, y logra volver a hacer las tareas diarias de forma normal, coincida con la toma total de los lugares vacantes por parte de las células de los demás hijos.

 

¿Y qué pasa si solo tenía un hijo?

Hay madres cuyo duelo las lleva a enfermar e incluso morir antes de tiempo, o toman muchísimo tiempo a recuperarse de su pérdida.  ¿Tiene nuestro Dios de amor un plan B para esta triste situación?

Sí. La ciencia no solo ha descubierto la existencia de células réplica de los niños dentro del cerebro materno. También han descubierto que existen otras células, las de la abuela, la madre, los hermanos y hermanas de la madre, y quien sabe lo lejos que sube en el árbol genealógico de células familiares en el DNA y las copias de seguridad de la base de datos. ¡Tal vez se remonte al Jardín del Edén!

En la mayoría de culturas y países, cuando la madre pierde a su único hijo, otros miembros de la familia vienen a ayudarla y hacerle compañía hasta que se pueda volver a valer por sí misma. Tendría mucho sentido si lo mismo sucediera a nivel micro quimérico. Las células de los familiares más próximos que viven en el cuerpo materno serían los que tomarían las riendas para reparar el daño.

La mayoría de religiones y también la ciencia admiten que todo lo que existe está emparentado de alguna forma, que todos somos parte de algo mayor y todos nos afectamos unos a otros ya sea para bien o para mal.

 

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Consideremos el universo y su perfección matemática; los planetas, estrellas y galaxias, todos perfectamente sincronizados y moviéndose en harmonía, cada uno en su lugar cumpliendo su rol. Vemos la misma perfección en el micro cosmos, con las moléculas, los atomos, neutrones y protones. Y ahora, que conocemos este universo profundo e íntimo a nivel microquimerico, podemos ver este mismo milagro dentro de nuestros cuerpos.

Todos esos sistemas funcionan con orden, amor y belleza, con dedicación total a cumplir el propósito para el que fueron creados.

“ Los cielos proclaman la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de Sus manos.

Un día transmite el mensaje al otro día, Y una noche a la otra noche revela sabiduría.

No hay mensaje, no hay palabras; No se oye su voz.

Pero por toda la tierra salió su voz,”

Y nosotros, seres humanos, sabemos tan poco… pero nos enorgullecemos tanto del progreso de nuestra ciencia y tecnología, admiramos nuestros edificios, industrias y maquinarias, y adoramos el avance y los descubrimientos científicos.

A mi me parece que hay mas sabiduría, conocimiento, misterio y amor en una sola célula humana, que en todo el conocimiento de la humanidad. Y esos misterios no están ocultos. Dios revela Sus secretos a Sus Hijos y a Sus siervos los profetas. Dijo:

Clama a Mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

 

Podemos decidir el escuchar con nuestro corazón, el convertirnos en niños y maravillarnos ante lo que pasa a nuestro alrededor.

Desenchufemos la tele, el ordenador y hasta el móvil!  Aunque sea solo por una hora…salgamos a pasear por el campo o la playa, escuchemos el sonidos de la naturaleza y sintámonos parte de ella.

¿Cuánto tiempo hace desde que te echaste en la hierba boca arriba solo para ver pasar las nubes? ¿Cuándo fue la última vez que yaciste en la arena de noche mirando las estrellas? ¿Sabías que las estrellas siguen en su sitio?  Vamos a verlas. Son otra prueba de que nuestro Padre nos ama.

Pasemos tiempo con nuestros hijos, después de todo, aunque ellos no lo sepan, y estén demasiado ocupados o muy lejos para comunicarse con nosotras tanto como nos gustaría, sus células microquimericas dentro de nosotras están agradeciéndonos continuamente el haberles dado la vida, el amor, atención, nutrición y cuidado que solo una madre puede dar.

Si este artículo, como a mi, ha puesto más preguntas en tu corazón, pídele a Dios que te las conteste. Y luego comparte con nosotros para que nos podamos beneficiar todos. Publicalo en los comentarios aquí abajo.

Tenemos tantos derechos como los científicos a investigar, imaginar, especular y crear nuestras propias teorías e hipótesis, y llegar a nuestras propias conclusiones, con la diferencia de que si le preguntamos a Dios, tal vez obtengamos las respuestas correctas de inmediato.

 

 

 

2 Comments


  1. Es muyinteresante y me imagino que debede ser eldolor más grande que se puede sentir ,pero si somos salvos y ellos lo son,sabemos que están con elSeñor ,que estánbien yque podemos tener relación con ellos solo que a otro nivel

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  2. Estoy de acuerdo con Maria Del Camino…También creo que es muy importante el aporte de la ciencia, todo tiene sentido ahora para muchos de nosotros, tanto hijos como padres.

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